Luna invisible

Mauro Téllez-Girón, de la sangre Toreador, perteneciente a  la casa de Téllez Girón, Duque de Osuna, Grande de España, y Príncipe del Trono de Espinas. Un vástago excéntrico del que poco se sabe más allá de  sus días como mano derecha de Alfonso Álvarez de Toledo.

Ha mantenido su principado abierto a cualquier visita que su Alguacil considerase tolerable, algo poco frecuente en el adusto viejo continente. Sin embargo,  no ha vuelto a aparecer en sociedad desde la Corte Carmesí, es por ello que esta es una cita que ningún vástago sensato puede dejar pasar, pues el príncipe ha anunciado que recibirá a su corte personalmente "Cuando la luna de Agosto casi se haya cubierto con su manto de tinieblas".
Oficialmente ningún vástago de este  singular Ducado ha recibido su permiso para permanecer en él. En una sociedad donde una sola voluntad puede ser juicio y sentencia,  la oportunidad de dejar de estar  a merced del buen talante del Alguacil, promete tardar en volver a presentarse y por ello no puede desaprovecharse.

El príncipe no ha sido nada específico con respecto a la corte, pero ha proclamado que el Ducado tendrá Eliseo antes de la luna invisible y que espera de sus invitados el máximo decoro y "savoir faire".


O eso es lo que se está murmurando...  no tienes ni idea de que te encontrarás tras la el tupido velo de grandilocuencia y boato que cubre a su excelencia.

"Corte",  "Danza macabra",  "Juego de todas las noches", "Jyhad", "Eliseo " incluso, no importa la forma que adopte o como lo llames, interactuar con otras bestias sedientas de sangre nunca está exento de ese escalofrío en la nuca, recordándote con incomoda claridad que una vez fuiste humano , y serías imprudente si no lo sintieras, pues la amenaza más terrible no está a tu alrededor.

Monstruos que visten finas ropas, fuerzan hospitalidad y sonríen con hipocresía, no hay forma de que algo en tu interior no de un vuelco, removiéndose en su jaula y luchando por acabar con esa... mascarada. Lo único que mantiene tu mente distraída de esta realidad es un permanente estado de alerta, pues sabes que todos luchan contra ese impulso, y quien sabe cuando la voluntad de uno de esos cadáveres depravados se quebrará como una rama seca, probablemente desatando un efecto dominó que solo puede desembocar en una orgía de sangre y ceniza.

Algo de consuelo encuentras en el hecho de que no estés escogiendo mal acudiendo esa cita, ya que no estás escogiendo en absoluto. No tienes elección, nadie la tiene en la brutal sociedad vampírica.